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¡Claro que me divertí!

Gastando el tiempo mirando tus pupilas, acariciando tu piel y amando tu desnudez como la mía. Sembrando dudas que mis besos respondían,                     alimentando mi locura con la tuya... No necesitaba más acostada a tu lado tu ser, ecuánime, bello, amandome. Bastaba mirar el cielo y sentirme agradecida de todo. Descubriendo demonios que compañaban la tertulia, no había copas que bastaran, ni vicio que nos agotara... Más tarde llego algo y nos dejamos ir... entre confusiones benditas y verdades que engañan nos herimos en lo profundo.  Pero, ¡claro que me divertí! Llenando las mañanas de secretos contados en los sueños, y tardes de ilusiones haciendo planes... que nunca se concretaron. La  mala costumbre que mermó nuestra ambición. Y descubriste que realmente te amaba para dejarte ir a conocer otros mundos, unos que yo no te podía dar. Empecé creer en mí, cuando creí en tus grandes sueños, me llenarse de luz y sé que es la misma que me lle

He conocido amores y te he conocido a ti

¿Dónde están las fotos?

Esos momentos que quisimos atesorar se los llevo la rabia. Lo que se imprimió en mi memoria pero jamás se pudo enmarcar. Eso Viene y se va, y a veces viene y se queda. Y tú nunca guardaste esas fotos.

Tu nombre

No puedo decirte amor  porque mi corazón sale de mi queriendote encontrar. Me voy de tu vida para no robarte esas batallas  que tendrás camino al éxito.  Me llevo un corazón de arcoíris y un maremoto de emociones,  me llevo tus rizos, escencia divina,  tan imperfecta y maravillosa. Te quedas mis sueños y temores, más íntimos  revelados de la misma manera. Quédate mi errores y vuelvelos belleza, siempre tuviste  el talento de realizar lo imposible. Te quedas con mi gran amor y un poco más de quinientos de mis días,                    nuestros días. Lamento no haberlos llenado sólo de amor. Quise de ti hasta las caricias punzantes.

Lo sabe Dios

Dios sabe que no te amo así Y que la piel solo cubre el cuerpo. Dios sabe que desee besarte y con la misma pasión de que no fueras tu, el alma donde mi amor se fundiría. Dios sabe que ahí, no me importaba nada si tu me hubieras amado como quería, porque, mi vida, la vulnerabilidad de tu ser yo ya la conocía. Dios sabe que en intentos de transformar el amor, él lo hizo conmigo. Me perdí, y el destino me llevo en sus brazos como a un recién nacido. Dios sabe que al perderme me encontré como nunca. Te agradezco haberme amado como lo hiciste, porque, al final entendí que era así como lo necesitaba. Yo, un Rodin que escupiendo las manos perfectas las odié. Tu, el Balzac que trastoqué; sus manos mi deseo y su permanencia, nuestra eternidad. Resuelvo que te amaré así, con la imperfección de nuestra historia y con la tremenda exactitud de mis hazañas.

Presagio

Eres la sombra del presagio,  o mejor, el presagio mismo. Entablo una conversación conmigo misma  en tu presencia,  se que llevas en tí alguna parte mía. El tiempo es perfecto,  para ti o sólo es mi deseo esparcido,  como semillas en el viento,  que germina en rosa en un lugar  naciente de nada. Sí la tengo que tomar o la tengo que apreciar,  esa es cosa mía.

Bébeme

Sácame de este insomnio y hazme soñar, susurrame en caricias tu deseo Róbame de la realidad burda de mis pensamientos y húndeme en el bello y tranquilo mar de tu poesía. Bébeme, pues sólo así endulzarás mi alma  que cansada de intentar no dice lo que quiere. Bébeme cual insano licor,  así, que tu dulzura me lleva. Bébeme porque así soy,  y así te encuentro. Leeme, susurrame. Arrebatame las palabras.  Bébeme para llevarte,                        para encontrarnos.