Lily Doar

De mi cuerpo resistiendo el temblor por tu presencia, tus manos y tu piel. Mujer sibarita, te hablará del calor el silencio, ése, al que tanto quise. De tus ojos ceñidos, tu expresión fuerte y esa mirada, se labra mi futuro y se satisfacen mis ganas. Te tengo, Te admiro. Te quiero                  y sin embargo te dejo ir. El Remolino que es tu amor,  y la noción de esta Vida Loca.

Tanta libertad no se podía contener en un solo lugar. Tu discurso es sentir las olas del mar,  ese vaivén tan dulce  como violento.  Eres algo natural, ecuanimidad y mar excitado. Un arte es contenerlo en tu figura gitana. Besos de aire puro y agua de mar,                                                             y yo fui la luna.

Las mujeres Los astros y las playas. La tranquilidad y la vida. La ecuanimidad y las pasiones. Los recuerdos y el hoy. El aprendizaje y el hoy. La vida y el hoy. Tú y las demás personas.

Desnuda entre las sábanas de tu piel en la libertad de mis horas en el agasajo de tu existencia

Tenerte sería como querer atrapar el mundo entre mis manos. Sería como querer ver indestructible el vidrio al caer. Y es imposible como fácil es quererte.

Mi maldita velocidad. Yo siempre rápido y absoluto. Me han dicho irresoluto. Y cambiante. Mas sólo yo sé, que sigo mi razón tal como me dice el corazón.

Hubo un día más. Después de creer que te había sido el último. Llegó un día más. Seguiré escribiendo sobre ese momento. Toda la vida.